sábado, 25 de abril de 2015

LA VOZ


UN OSCURO E INCIERTO HORIZONTE

  La luz huyó de mí y la obscuridad se infiltró en mi alma a partir del instante en el que sufrí aquella aterradora experiencia. Mi vida ya no es la misma, dio un giro de ciento ochenta grados, me arrojó hacia un lugar siniestro donde sólo el miedo y la desesperación imperan y me obligó a permanecer en casa hasta transformarme en lo que soy: una temerosa ermitaña a la que únicamente le interesa ser ignorada por aquel ser que exige su presencia. Sé que no tiene sentido, que parece una locura, pero no importa, me ciño a mi instinto de supervivencia y cargo, sin poderlo evitar, este enorme bloque de inseguridad y dolor que me provoca el saber que pronto escucharé su demandante voz.
  
  A diario me pregunto, qué me sucede, ¿acaso estoy perdiendo la cordura?, es más, hasta he llegado a pensar que posiblemente esa voz, sin querer, la he creado en el abismal lado oscuro de mi mente, pero, no, no es así, es tan real como el aire que respiro y me resulta difícil y aterrador tener que aceptar que le pertenece a algún malvado y perverso ser que se infiltró en mi mente para bloquear mi tranquilidad y destruir mi vida.

  
  Trato y me esfuerzo por ignorarla, pero es imposible: aquello irrumpe cada vez más y más demandante.